Los tornillos para hormigón WCS1 de Walraven destacan por su versatilidad, altas prestaciones y, sin duda, por su facilidad de uso. No obstante, es habitual que un tornillo para hormigón se rompa durante su instalación a manos del instalador.
La rotura de un tornillo puede percibirse a menudo como un problema de calidad o del producto, pero normalmente no es así.
Los anclajes para hormigón, sea cual sea su diámetro, deben fijarse con un destornillador de percusión con un grado de torsión (par de apriete) suficiente pero que al mismo tiempo, no demasiado elevado.
Observación: par de apriete máximo del destornillador de percusión de acuerdo con los documentos de idoneidad técnica europeos:
1. 160 Nm para tornillos de tamaño 6
2. 300 Nm para tornillos de tamaño 8
3. 400 Nm para tornillos de tamaño 10
Asegúrese de que la profundidad del orificio taladrado es suficiente. En caso contrario, el anclaje podría llegar al final del orificio demasiado pronto. Si se continúa atornillando sin darse cuenta de que el orificio es más corto que el tornillo, éste al final se acabará rompiendo.
Observación: si el orificio taladrado no se limpia como es debido, el polvo generado al taladrar podría quedarse al fondo del orificio, reduciendo así el espacio disponible para la instalación del tornillo. Para ello debe limpiarse correctamente antes de realizar la instalación del anclaje.
La instalación del anclaje finaliza cuando su cabeza toca la superficie del hormigón o del soporte en el que se está fijando. Si se aprieta el tornillo más de lo debido, puede romperse. Esto es especialmente importante si se está utilizando un destornillador de percusión potente.
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